Bueno, después de mi pesismismo contagioso que caracteriza mi Navidad, comienzan los preparativos nocheviejiles, que creo que son de lo mejor, porque ahí surgen nuestros instintos más asesinos, y discutimos por cosas como: la hora de quedar para hacer la compra, quien comprará los cotillones, si comprar leche desnatada o semidesnatada, si hace falta tanta comida (teniendo tanto alcohol), quién se llevará el trivial y quién el tabú, si hay que llevarse un partidor de nueces o si se pordrán abrir con los dientes, etc.
Los preparativos de nuestro viaje a una casa en la que entraremos, pero no sabemos si saldremos vivos, son el preludio de una "muerte" anunciada, porque 5 días dan para mucho, y estarán los que morirán por el alcohol, por un empacho de polvorones, o por un susto de cualquier broma típica nocheviejil.
En cualquier caso, resucitaremos al sexto día (Jesucristo necesitó sólo tres, pero él no llevaba 6 litros de alcohol en sangre...), y a partir del séptimo ya estaremos deseando que llegue diciembre de 2008 para volver a discutir por los preparativos nocheviejiles.
Si es que...Algo bueno tenía que tener la Navidad, no?
Los preparativos de nuestro viaje a una casa en la que entraremos, pero no sabemos si saldremos vivos, son el preludio de una "muerte" anunciada, porque 5 días dan para mucho, y estarán los que morirán por el alcohol, por un empacho de polvorones, o por un susto de cualquier broma típica nocheviejil.
En cualquier caso, resucitaremos al sexto día (Jesucristo necesitó sólo tres, pero él no llevaba 6 litros de alcohol en sangre...), y a partir del séptimo ya estaremos deseando que llegue diciembre de 2008 para volver a discutir por los preparativos nocheviejiles.
Si es que...Algo bueno tenía que tener la Navidad, no?